lunes, 5 de abril de 2010

PEDRO de MIGUEL
 
 Soledad de la noche


Mini Relato
 
Le fui a quitar el hilo rojo que tenía sobre el hombro, como una culebrita.  Sonrió y puso la mano para recogerlo de la mía.  Muchas gracias, me dijo, muy amable, de dónde es usted.    Y comenzamos una conversación entretenida, llena de vericuetos y anécdotas exóticas, porque los dos habíamos viajado y sufrido mucho.  Me despedí al rato, prometiendo saludarle la próxima vez que le viera, y si se terciaba tormarnos un café mientras continuábamos charlando.
 
  No sé qué me movió a volver la cabeza, tan sólo unos pasos más allá.  Se estaba colocando de nuevo, cuidadosamente, el hilo rojo sobre el hombro, sin duda para intentar capturar otra víctima que llenara durante unos minutos el amplio pozo de su soledad.
 
     corresponsal Susana Zazzetti.

2 comentarios:

  1. Hermoso y sentido anzuelo de companía.
    CELMIRO KORYTO

    ResponderEliminar
  2. Está muy bueno este relato. Una pequeña muestra de lo que puede hacer la soledad.
    Me encantó!!

    Lily Chavez

    ResponderEliminar