jueves, 13 de mayo de 2010


DYLAN THOMAS
 
Soledad



      S/T
 
Este pan que yo parto fue alguna vez avena,
este vino en un árbol extranjero
se zambulló en su fruta
durante el día el hombre y  por la noche el viento
segaron las cosechas, rompieron el gozo de la uva.
 
Alguna vez, en este vino, la sangre del verano
golpeteaba en la carne que vestía la viña,
un día en este pan
la avena al viento era alegría,
el hombre rompió el sol, abatió el viento.
 
Esta carne que partes, esta sangre a la que dejas
sembrar desolación entre las venas
fueron avena y uva
nacieron de la raíz sensual y de la savia:
un vino que te bebes, el pan que me arrebatas.
 
  corresponsal Susana Zazzetti.

1 comentario:

  1. Qué hermoso poema, con misticismo y sensualidad.
    Ah, qué ganas me dieron de ver viñas y trigales , ahora con la mirada de Dylan.
    Un besito Susana y ¿cómo agradecerte el que hayas ido especialmente a la presentación de mi libro?
    Fue tan lindo verte ahí con hijo y marido.
    Un gran abrazo,
    Juany

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