viernes, 25 de junio de 2010


Cristina Villanueva . prosa

la flor
El azar y el deseo

El jardín colmado de sorpresas,  como la vida. Un infinito pequeño .El azar es una forma del deseo pensaba, mientras veía   plantas que algún viento había llevado  a un cruce singular. Así, en  un cantero con  flores, sucesos que seguramente se dieron en la noche, crece una planta hija de la  que estaba en el extremo opuesto. Las razones botánicas, los  placeres  del intercambio, generan una riqueza inesperada. El otro verde, el tono distinto, no es rechazado como a veces sucede entre los humanos. La humedad, una música, la piel de unas hojas contra otras, dejan algún regalo para descubrir en la mañana. El café se adelanta en el perfume,  una flor de un  rosado masculino, como el de la langosta, avanza  hacia otra, rosa, pequeña, femenina, abierta apenas en la espera. Los pájaros caminan sobre el pasto   como sobre uno de los sueños del mar. Mientras el café desarma en la boca el jugo de sus  granos de vida, las dos flores duermen su abrazo de amantes.  En recortes, ventanas abiertas, espacios tejidos entre las ramas, aparece el cielo como las letras de un mensaje a descifrar.


Cristina ViIlanueva

2 comentarios:

  1. Un paisaje literario perfecto para descubrir la bueno de la vida. Gracias a la autora y a la Revista que siempre nos da sorpresas.
    MARITA RAGOZZA

    ResponderEliminar
  2. Un jardín "hablado", con todos sus misterios, atractivos y perfección, que nos hace intuir la exquisita sensibilidad de la autora.
    Un abrazo, desde Chile
    Juany Rojas

    ResponderEliminar