miércoles, 12 de junio de 2013

Heberto Padilla (Cuba, 1932)






Quizás el más importante de los poetas cubanos actuales.  Ha publicado, entre otros, Las Rosas Audaces 1948, poesía;  Buscavidas,1960, novela; El Justo Tiempo Humano, 1960 poesía; Fuera del Juego, 1968, poesía; El Hombre Junto al Mar, 1981, poesía, y En mi jardín pastan los heroes, novela;  entre otros. 
  
  TÉCNICAS DEL ACOSO 
 
Pueden fotografiarlas 
junto a un rosal 
en un jardín etrusco 
frente a la columnata del Partenón 
con sombreros enormes 
entre cactus en México 
llevando los colores de moda 
el pelo corto o largo 
y boinas de través como conspiradores: 
no cambiarán 
no dejarán de ser las mismas 
la barbilla en acecho 
el rostro de óvalo 
y los ojos cargados de un persistente desamparo 
¿pero qué pensamientos 
se agitan debajo de las melenas crespas 
o lacias 
de estas muchachas que ilustran 
las revistas de moda? 
Casi todas son pálidas 
y están como cansadas 
Las líneas de sus manos son estrictas y melancólicas 
Mudan cada seis meses 
de vestidos zapatos peinados y sombreros 
y yo siempre descubro 
un rizo fantasmal 
bajo la onda bermeja 
No importa que se cubran con pieles de visón 
o lleven botas de vinil 
faldas de cuero 
o usen nuevas pelucas: 
siempre las reconozco 
bajo cualquier disfraz 
lo mismo que a un espía 
Además 
me persiguen en trenes o en aviones 
sobre todo de noche 
se benefician con la oscuridad 
andan de tres en tres 
a mi espalda 
              a mi lado 
                  frente a mí 
Dos trepan a los árboles 
con la cámara en la mano 
otra resbala debajo de un avión 
con el ojo torcido de las agonizantes 
y observan y miden mis reacciones 
para indagar si tiemblo o lloro ante la muerte

Que sufra 
                tenga hambre o las desee 
                                                          no les 
importa

Su tarea 
no es hacer el amor sino ilustrarlo 
  
 

RETRATO DEL POETA COMO UN DUENDE JOVEN

I
Buscador de muy agudos ojos 
hundes tus nasas en la noche.  Vasta es la noche, 
pero el viento y la lámpara, 
las luces de la orilla, 
las olas que te levantan con un golpe de vidrio 
te abrevian, te resumen 
sobre la piedra en que estás suspenso, 
donde escuchas, discurres, 
das fe de amor, en lo suspenso.

  Oculto, 
suspenso como estás frente a esas aguas, 
caminas invisible entre las cosas. 
A medianoche 
te deslizas con el hombre que va a matar. 
A medianoche 
andas con el hombre que va a a morir. 
Frente a la casa del ahorcado 
pones la flor del miserable. 
Bajo los equilibrios de la noche 
tu vigilia hace temblar las estrellas más fijas. 
Y el himno que se desprende de los hombres 
como una historia, 
entra desconocido en otra historia. 
Se aglomeran en ti 
formas que no te dieron a elegir 
que no fueron nacidas de tu sangre. 
 

Exilios.

     Madre, todo ha cambiado. 
     Hasta el otoño es un soplo ruinoso 
     que abate el bosquecillo. 
     Ya nada nos protege contra el agua 
     y la noche. 
     Todo ha cambiado ya. 
     La quemadura del aire entra 
     en mis ojos y en los tuyos, 
     y aquel niño que oías 
     correr desde la sala oscura, 
     yo no ríe. 
     Ahora todo ha cambiado. 
     Abre puertas y armarios 
     para que estalle lejos esa infancia 
     apaleada en el aire calino; 
     para que nunca veas el viejo pedregoso 
     camino de mis manos, 
     para que no sientas deambular 
     por las calles de este mundo 
     ni descubras la casa vacía 
     de hojas y de hombres 
     donde el mismo ayer sigue 
     buscando soledades, anhelos. 
  

1 comentario:

  1. Autor polémico en su tierra, de vida sufriente, pero su poesía es destacable por la unión entre lo lírico y lo narrativo, la manera de universalizar los temas que elige y con un excelente lenguaje.
    Artesanías, fiel a tomar las voces de todos, hoy nos hace entrega de estas obras.
    MARITA RAGOZZA

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